Cuando participamos en las redes sociales dejamos constancia de nuestro modo de vida, momentos especiales, pensamientos o ideas. Lo hacemos con nuestras publicaciones, fotografías y vídeos, dejando un rastro que nos identifica.
La cosa no tiene mayor importancia para un usuario normal, aunque puede ser un problema para quien cometa un acto delictivo y deje innumerables pistas en su vida virtual en la social media.
Un claro ejemplo nos lo muestra esta completa infografía, desarrollada por Criminal Justice Degrees Guide, que nos detalla un total de 20 casos delictivos resueltos gracias al rastro que dejaron sus autores en Facebook. Los hechos sucedieron en el periodo que va desde el año 2007 hasta el pasado 2011.
Vía | Isabel Pina en Pinterest